
Crónica e itinerario del estudiante de la ciencia económica
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Nicolás Prada | 13 de Octubre, 2014
Aldrin Villalobos | Mérida - Venezuela
En el marco de la creación del grupo Econoenfoque, se han planteados algunos objetivos desde su seno con respecto a la realización de actividades que fomenten el desarrollo académico del estudiante de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Los Andes. Entre estos objetivos, algunos de ellos ya fueron alcanzados y culminados con éxito, otros están en el proceso de realización, y, entre los que restan, destaca: hacer la publicación de un trabajo de producción e iniciativa propia. La presentación de este ensayo pues, representa el logro de un objetivo más, y como sub-objetivo derivado se ha planteado, presentar su contenido en vinculación con la evolución del estudiante y de su conocimiento a lo largo de la carrera de economía y algunas consideraciones en cuanto a las cualidades que pueden facilitar convertir a este como un pensador bajo la lógica económica.
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A modo de introducción
Sintetizar el significado de la ciencia económica en unas pocas palabras resulta una tarea, cuando menos, difícil. A pesar de esto, a lo largo de este ensayo se intentará construir algunas frases que sinteticen, desde una óptica estudiantil, este concepto. Esto, con el fin de representar, mediante la conceptualización de unos de los términos fundamentales para los que en esta ciencia se desenvuelven y la evolución del conocimiento a lo largo del avance en la carrera de economía, de aquellos quienes han sido partícipes en la redacción de este documento.
Ahora bien, apartándonos por un momento de las consideraciones acerca de qué es la economía, cuál es su propósito, su fin último, su amplitud y limitaciones, y sus métodos, centrémonos aquí, en considerar uno de los factores que motorizan y garantizan hacer perdurar la ciencia económica en el espectro académico y profesional: el estudiante de economía. Lo anterior es motivado, no en desmedro del estudio o la importancia de la economía como ciencia, en vez, es a razón de las siempre presentes preocupaciones de los estudiantes de economía en relación con su motivación, rendimiento y propósito como estudiante, y su porvenir como un titulado economista.
Aunque algunos lectores, incursos en estudios avanzados de economía puedan estar identificados con puntos tratados en este ensayo, aquí se busca centrar la mirada en algunas consideraciones en relación con el estudiante de economía de pregrado, puesto que el contenido aquí presentado es producto de un trabajo introspectivo a la luz de la experiencia como estudiantes de esta etapa.
Se debe tener presente que, de ninguna manera, mediante este trabajo se propone dividir la carrera de economía, y el razonamiento del estudiante, en etapas. Así como la historia, por su carácter de proceso, debe narrarse de manera continua y sucesiva, cualquier descripción de la “historia de un estudiante de economía” debe hacerse entonces, bajo los mismos preceptos. A pesar de esto, y en aras de significar la evolución de este estudiante, se ha categorizado la carrera en momentos; destacando el conocimiento y la evolución de este en relación con la conceptualización que se ha descrito en apartados anteriores. Por analogía, se puede hacer uso de otros conceptos clave para el estudiante de economía, sin embargo se ha seleccionado el uso de este motivado a su carácter general, y por la frecuencia de su uso en la carrera; con mayor énfasis a lo largo del primer momento.
Una crónica estudiantil
- Iniciando
A lo largo de este momento, los pensamientos del estudiante estarían dominados más por la confusión que por la certidumbre. Esto, no es un hecho fortuito. Pues, la mayoría de los estudiantes, de cuál sea la carrera, inicia sin saber con certeza, la rama de la academia que lo entusiasma, motiva y apasiona.
El estudiante de pregrado de la ciencia económica, a inicios de la carrera, tendría una idea, cuando menos vaga, de lo que es esta rama de las ciencias sociales. Es decir, no habría internalizado lo que significa la economía como ciencia, su importancia dentro del mundo académico y profesional. No es equivocado argüir entonces, que en cuanto a lo primero –concepto que a efectos de este ensayo concierne– el estudiante percibe que la ciencia económica es: “aquello que estudia a la economía”.
Tal como se sugiere, el conocimiento primerizo aquí, es aún básico; se comienza a impartir los saberes fundacionales para la absorción futura de conocimiento económico: los actores de la economía, términos, conceptos, nomenclatura, entre otras cuestiones esenciales.
Lo anterior no se constituye como un hecho casual. Desde la escuela [educación básica y media], no hay, por lo general, una iniciativa para incursionar al estudiante en estudios en el área económica. Al respecto, Rómulo Betancourt en su trabajo, intitulado “Hacia la formación de una conciencia económica” publicado en 1938, hacía mención a las deficiencias del sistema educativo nacional en torno a la educación primaria.
Aunque Betancourt haya hecho alusión a una formación con un contenido carente del “tema petrolero”, el trasfondo de su trabajo destaca la importancia de dotar de un conocimiento económico al estudiante. La educación básica y media, bajo esta dirección, proveería a los individuos un conocimiento más allá del superficial e introductorio que haya podido ser adquirido a razón de las experiencias de la vida cotidiana.
- A mediados
En este momento de la carrera, el estudiante se habría iniciado y estaría por culminar las cátedras que imparten el análisis económico cuantitativo, matemático y estrictamente teórico; así como también, las cátedras de historia económica. Se alcanza comprender desde un punto de vista teórico, y teniendo un conocimiento introductorio y medio en estas áreas: cómo operan los agentes económicos en el mercado; las diferentes formas de organización económica con relación al Estado-mercado; los procesos sociales –dentro de estos, los económicos– del pasado y sus efectos en la composición del presente.
Es decir, a partir de aquí, el estudiante se educa con las herramientas que le permitirá, absorber con más facilidad y asumir con creatividad los contenidos de los momentos posteriores de la carrera. Así como también, se busca que haya una vinculación del saber básico absorbido en el primer momento, con los fundamentos teóricos y el análisis histórico de la ciencia económica.
A razón de esto, desde el punto de vista del estudiante, la percepción con respecto al significado de la ciencia económica habrá evolucionado hasta tener un concepto [un poco] más sólido que antes. Se habrá entendido que la ciencia económica resulta en el estudio de la forma como la
sociedad satisface sus necesidades infinitas haciendo uso de recursos limitados. En otros términos, pero asociado con lo anterior, se deduce que es el estudio de la forma de responder sus cuestiones fundamentales: ¿Qué, cómo y para quien producir?
A partir de este momento, es cuando en el estudiante comienzan las inquietudes en relación con la verdadera aplicabilidad de “las leyes y los constructos” de teoría económica; es decir, comienza una primeriza asociación de la teoría aprendida y la realidad. A pesar de esto, el estudiante asume estos criterios como conocimiento dado; cualquier cuestionamiento después de allí estaría limitado a razón de la escasa vinculación [sólida y fundamentada] de la teoría con la praxis económica, adquirido a posteriori.
- Finalizando
Se logra captar, con mayor perspicacia los eventos y hechos que caracterizan al contexto de la realidad. Así como comprender que, no en todos los casos, la teoría económica –más precisamente, la macroeconómica y microeconómica– pudiera reflejarse perfectamente en la realidad. Es decir, se comienza a cuestionar la teoría –algunas veces, llenando vacíos en esta de manera creativa–, haciendo uso de la observación y el empirismo.
Ya en este tercer momento, el estudiante pudo haber entendido que el presente no es causa de una serie de eventos fortuitos, aunque por supuesto, puedan existir algunos que en la historia se hayan configurado así, –por ejemplo, la abundancia o no de recursos naturales en territorios nacionales. Tal como se mencionó, “todo” en la actualidad, así como los eventos que no han ocurrido, son producto de un proceso histórico determinado y corresponden a la continuidad temporal de esa historia; se comienza a pensar pues, en términos de la dimensión temporal de la realidad, y las conjeturas [algunas creativas] que puedan partir del estudiante, tienen en consideración dicha historia.
En este momento, a razón de las exigencias del pensum de la carrera, se propende vincular el conocimiento adquirido en momentos previos, con las cátedras de políticas económicas; se busca concretar el conocimiento teórico del estudiante mediante la aplicación de este saber en la realidad económica nacional y mundial.
Ahora, el conocimiento del estudiante le ha permitido internalizar un concepto de la ciencia económica a veces de generación propia y adaptada a sus exigencias personales. Concretamente, y con una cercana aproximación con la definición de Lionel Robbins, es la rama de la ciencia social que estudia la forma cómo se organiza la sociedad y de sus relaciones sociales, para elegir cómo distribuir recursos limitados y escasos para satisfacer necesidades crecientes e infinitas, entre distintas alternativas. El significado de la ciencia económica se robustece, y en armonía con lo expuesto por Robbins, entiende de esta la ciencia de la escasez; incorpora el carácter escaso de los recursos, a razón de lo expuesto por Robbins, la temporalidad de las necesidades (y por lógica, de la población), el carácter multidisciplinario de los problemas al estudiar las relaciones sociales, entre otros factores que a través de los años en la carrera, han robustecido dicho conocimiento.
Algunas ideas con respecto a las cualidades del estudiante
Lo que se expone a continuación es resultado de un proceso de aprendizaje; en el cual, está vinculado con confusiones y errores –desde un punto de vista académico–, que, como estudiantes se consideran elementos permanentemente presentes. A partir de aquí, se intenta contribuir a disminuir estas confusiones y errores, mediante la ilustración de algunas de las cualidades que, a efectos de este ensayo, se considera que deben poseer los estudiantes de economía, en cualquiera de los momentos descritos anteriormente.
- Observador
Tras un estudio de la historia del pensamiento económico, es posible destacar algunas conclusiones
pertinentes al tema en cuestión.
La vasta mayoría de los autores más resaltantes del pensamiento económico, además de poseer otras cualidades, fueron observadores de la realidad, sin haber actuado así, difícilmente habrían podido redactar tan elocuentes, aunque a veces contrapuestas, obras. Smith diagnosticó aquello que observo en una fábrica de alfileres: de esta manera, definió, entre otras cosas, la división del trabajo, sus implicaciones y sus limitaciones. Marx, aunque no tuvo un lugar o espacio físico determinado sobre el cual fundamentar su trabajo, lo hizo sobre y para la realidad global, y con base en el contexto en el cual se desenvolvía. Raúl Prebisch, renombrado economista argentino, diagnosticó los problemas en torno al libre comercio y sus implicaciones en los términos de intercambio para América Latina frente al mundo industrializado.
Ejemplos como los anteriores abundan en la historia del pensamiento económico. El argumento clave a destacar es que, cada uno de los estudiantes de economía –a pesar de ser de pregrado–, puede hacer diagnósticos de la realidad y para ello, entre otras cualidades, se requiere que sean observadores. El estudiante de economía posee un lienzo en blanco para materializar su creatividad; y ante la coyuntura económica venezolana, se requiere de estudiantes que participen activamente en esta dirección.
- Multidisciplinario
En pocas palabras, la ciencia económica, recatadamente, contribuye en una pequeña porción, en
la explicación de las indeterminadas acciones humanas.
A razón de esto, un estudiante inmiscuido en la controvertida ciencia económica, debe entender ante todo, que dicha ciencia es tan provechosa y útil para visualizar las complejas dinámicas sociales, pero al mismo tiempo tan insuficiente a la hora de establecer acertadas deducciones- resoluciones de tales fenómenos que, inexorablemente se debe afluir más temprano que tarde a otras ciencias, disciplinas y saberes con rasgos a favorecerla. Refiérase a la sociología, filosofía, politología, historia y la psicología, por solo nombrar algunas.
Tal como se sugiere, un estudiante por más ávido que sea en economía, a este no le sería suficiente dominar únicamente los saberes económicos, porque estaría destinado a convertirse en un economista incompleto; como bien lo decía el laureado con el Premio Nobel en economía F. Hayek: “para ser un verdadero economista no basta con ser economista”.
Hay una razón de ser para tal concepción, es que la distancia que existe entre la realidad social, y su respectivo y justa comprensión de la misma, del cual hay que sumarle a efectos de su comprensión no solo la razón, sino también los criterios y juicios de valoración que son tan extensos y profundos como un océano, que van, desde sus inicios en la carrera, construyendo una interpretación personal de los elementos que componen la realidad. Es a veces tan amplia y difícil de recorrer, que para el futuro científico social representa un gran desafío a la hora de enfrentar las demandas por sus conocimientos.
- Reflexivo, científico y revolucionario
Un estudiante de economía, bajo la lógica de “pensar y actuar”, que descuide la idea de estar constantemente revolucionando la ciencia económica, debe detenerse a la reflexión; de no ser así, estaría en disonancia con una de las esencias de estudiar economía: captar múltiples saberes en el presente, obviamente construidos tras un proceso histórico, con el fin de edificar nuevos y mejores conocimientos en el futuro. Claro está, dichos saberes coexistiendo en función de la humanidad, y de esta manera, permitirse así, dejar una huella en la historia y en el conocimiento científico.
La reflexión además, consiste en vincular cada uno de los conocimientos adquiridos con aquellos por absorber. Como estudiante, algunas veces, percibimos a cada una de las cátedras impartidas en la carrera de economía, como cátedras independientes entre sí. Esto, es un error. Los conocimientos están interconectados y comparten una relación de interdependencia: sin la comprensión de la historia económica, difícilmente se pueden ejecutar políticas económicas efectivas para la resolución de problemas nacionales, por ejemplo.
Francois Quesnay, un médico cirujano, proponente de la corriente de pensamiento fisiocrático, a través de la tableu economique, representó la organización del sistema económico y de la distribución de los recursos, haciendo uso de los conceptos relacionados con el cuerpo humano, y la distribución fluida de la sangre. De aquí se sugiere que, aunque parezca lógico asumir una desvinculación entre una rama de estudio con otra (la ciencia económica con las ciencias médicas), pueden, ciertamente, coexistir herramientas compartidas que permitan construir argumentos, constructos y teorías dentro de ellas.
- Objetivo
Por supuesto, producir cambios en la ciencia económica no es tarea fácil, ni se pretende que sea así. Tampoco está al alcance del estudiante una especie de manual que esboce y diseñe la forma perfecta de convertirse en un científico social revolucionario. Puede que se le pregunte a Robert Solow, Amaryta Sen, Douglass North, o cualquiera de su escogencia, y en su mayoría todos podrían coincidir en algunos rasgos comunes, entre estos: primero, un estudiante de economía deberá tener conciencia nítida de la importancia de la temporalidad; “el tiempo corre, los individuos andan y los acontecimientos cambian”; y segundo, la importancia de la percepción relativa de los fenómenos que se reflejan ante la mirada de un científico social, porque ello permite ir más allá, indagar con profundidad y acercarse, en la medida de lo posible, a la verdad axiomática.
Frente a una educación sesgada, desde un punto de vista de las corrientes del pensamiento, algunas iniciativas han surgido en los últimos años. Entre ellas destaca, la Iniciativa Estudiantil Internacional para la Pluralidad en Economía (ISIPE por sus siglas en inglés): su propuesta,
sintetizada en su carta abierta, busca recobrar una educación de la economía más abierta, objetiva, y diversificada; ha logrado reunir esfuerzos de más de sesenta y cinco asociaciones de estudiantes de economía de una treintena de países.
- Percibir la idea de la escasez
A lo largo de los tres momentos propuestos, una de las cualidades que debe poseer el estudiante economía es que, este debe pensar e internalizar el concepto de recursos escasos, sin importar sus cuantías, en términos de su presencia física en la naturaleza. Solo a través de esta acepción, pueden administrarse el uso de los recursos de manera eficiente; en otras palabras, la minimización en uso de los recursos para alcanzar un objetivo propuesto.
Dentro de los recursos escasos e irrecuperables, destaca el tiempo. Motivado a esto, el estudiante de economía debe tener conciencia del concepto del costo de oportunidad; su medición, y sus implicaciones en el análisis económico, lo significa como un factor indispensable en la formación del estudiante.
A razón de la importancia del petróleo, en términos económicos y políticos, en la estructura económica de Venezuela, no es equivocado argumentar que, este enfoque debe prevalecer en el pensamiento del estudiante de economía: como ha mostrado la realidad, el pasado [desde el siglo anterior] y el presente de Venezuela ha estado determinado por la administración de este recurso; es decir, por el uso de los ingresos derivados de la exportación de este recurso natural. Fallar en asumir el enfoque de recurso escaso, puede traducirse en la consecución de hechos perjudiciales para el desarrollo de Venezuela.
- Cuestionador y vanguardista
Entre los factores que han motivado la innovación intelectual dentro de la ciencia económica, las “luchas” entre las escuelas y corrientes de pensamiento y el acto de cuestionar argumentos, opiniones y teorías han sido unos de los más resaltantes. A efectos de este ensayo, el acto de cuestionar no se debe percibir como un acto singular: es un proceso, un proceso que requiere de abundante lectura, una base de conocimiento teórico y práctico, fundamentar las objeciones, y, – permitiendo que el cuestionamiento sea constructivo para la ciencia–, la construcción creativa de nuevos argumentos. Por supuesto, para ello, se requiere que el análisis parta del conocimiento y comprensión de lo “antiguo”, por lo que, nuevamente, la lectura juega un rol fundamental en el proceso de formación del estudiante de economía.
Consideraciones finales
El contenido de este trabajo, tal como se mencionó a inicios de la lectura, fue producto de la experiencia vivida de unos cuantos estudiantes en la carrera de economía; es decir, es el reflejo de los resultados de una curva de aprendizaje.
Aunque otros estudiantes pudieran no sentirse identificados con lo expresado en este ensayo, lo que se busca, ultimadamente, es iniciar una discusión en esta dirección. Este ensayo es un documento abierto que busca estimular la discusión, el debate, las digresiones y las “disputas” desde un punto de vista académico.